La presencia de diversos y agresivos agentes patógenos como virus, bacterias, hongos y otros, que se transmiten a través de sangre, saliva, secreciones respiratorias y aerosoles generados en la atención odontológica, constituyen agentes de contagio para una importante variedad de enfermedades.
Los protocolos de bioseguridad como medios para lograr asepsia y antisepsia buscan prevenir y/o disminuir los riesgos de trasmisión de enfermedades. Como también evitar la contaminación cruzada entre pacientes mediante un adecuado manejo de las áreas, material de uso crítico, semi crítico y no crítico.
Así es como, en base a la experiencia y el progresivo conocimiento de nuevas enfermedades incluído el Covid 19, se han implementado medidas que refuerzan los protocolos de bioseguridad ya establecidos, tales como espaciar las citas de atención, el aforo en los recintos clínicos y no clínicos, la sanitización de box entre pacientes, utilización de elementos de protección personal (guantes, mascarillas, sets desechables, escudo facial, etc.), establecimiento de flujos de circulación dentro de la clínica, el manejo de los desechos generados durante la atención y el uso de cánulas de aspiración de alto volumen que disminuyen de manera significativa los aerosoles generados en los procedimientos odontológicos.
Cabe mencionar, que estudios recientes indican que la atención odontológica registra una incidencia inferior al 1% en lo que se refiere a contagios por Covid 19, gracias a los protocolos de atención y medidas de seguridad implementadas para el control de trasmisión de enfermedades.